La elección de las ventanas adecuadas para un edificio es una decisión crucial que impacta directamente en el confort térmico, el consumo energético y la durabilidad de la construcción. Hay muchos tipos de ventanas, tanto por su sistema de apertura, como por los materiales que las componen. En este artículo, desde Aluminios Mandiá, carpintería metálica en Ferrol, te vamos a hablar de las diferencias entre las ventanas convencionales y las ventanas con rotura de puente térmico. ¡Sigue leyendo!
¿Cómo distinguir una ventana convencional de una con rotura de puente térmico?
Las ventanas convencionales, típicamente fabricadas con perfiles de aluminio o PVC sin ningún aislamiento térmico adicional, presentan una continuidad térmica en toda su estructura. Esto significa que el calor o el frío pueden transmitirse fácilmente a través del perfil, generando puentes térmicos. Estos puentes térmicos son zonas de alta conductividad térmica que favorecen la pérdida de calor en invierno y la ganancia de calor en verano, lo que se traduce en un mayor consumo energético y una disminución del confort térmico.
Por otro lado, a diferencia de las convencionales, las ventanas con rotura de puente térmico incorporan un material aislante, generalmente poliamida o PVC reforzado con fibra de vidrio, en el interior del perfil. Este material aislante actúa como una barrera térmica que interrumpe la continuidad del material conductor, evitando así la formación de puentes térmicos, de ahí su nombre.
Ventajas de las ventanas con rotura de puente térmico
Son muchas las razones por las que apostar por ventanas con rotura de puente térmico:
- Eficiencia energética. Reducen las pérdidas de calor en invierno y las ganancias de calor en verano, contribuyendo así a disminuir el consumo energético necesario para lograr una temperatura agradable en cualquier espacio.
- Confort térmico. Gracias a su excelente aislamiento térmico, estas ventanas permiten mantener una temperatura interior más estable durante todo el año, minimizando las molestias causadas por las fluctuaciones térmicas.
- Disminución de la condensación. La menor temperatura superficial del perfil interior evita la formación de condensación, lo que previene la aparición de moho y hongos y mejora la salubridad del ambiente.
- Mayor durabilidad. Al mermar la transmisión de humedad, las ventanas con rotura de puente térmico tienen una mayor vida útil, ya que están menos expuestas a los efectos de la corrosión y el deterioro.
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